Padre Eterno: te agradecemos tu infinita misericordia y tu bondad sin límites, que nos manifiestas en el Instituto de Formación para Laicos al Servicio de la Pastoral Parroquial, obra tuya que alcana ya 42 años de servicio en nuestra Iglesia Católica y en la cual nos has enseñado a conocerte y hemos aprendido amarte.
Señor Jesús, Buen Pastor, Médico de los cuerpos y de las almas, nuestro Salvador y Redentor: te pedimos que cada lección nos transforme y nos ayude a acoger y responder con gozo a Dios, para entregarte nuestra vida, anunciar el Evangelio y Reunir y Servir a nuestros hermanos.
Espíritu Santo: recibe la consagración perfecta y absoluta de todos los miembros del Instituto de Formación para Laicos al Servicio de la Pastoral Parroquial, para que se abandonen sin reserva a tu voluntad divina y sean siempre dóciles a tus santas inspiraciones, y así sean Luz y Sal en medio del mundo y tu Obra permanezca.
María, Madre de la Iglesia y Madre nuestra, Madre llena de vida, llena de ternura, llena de esperanza, que te dejaste conducir por la fuerza del Espíritu Santo, y fuiste consecuente en lo que un día prometiste, intercede para que valientes como tú, nos mantengamos unidos en la prueba, en un solo espíritu, para gloria de nuestro Dios.
Gracias Señor. ¡Glorificado seas! ¡Bendito seas! Amén.
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